Comienza con un nombre, un instante de fijación en el que los ojos de dos personas distintas, se cruzan para sin saberlo, hacer que tiempo después...el destino jugase a su favor, creando las páginas de un libro tan real como la vida misma. Un libro, que comienza sus páginas con una mirada perdida y otra que desea encontrar a esa que dejó su brillo escondido. Tal vez podrían haber pasado de largo, pero como dije anteriormente, el destino hizo que una intensa noche de junio, se juntasen por primera vez, y aunque fuese por un pequeño instante, la magia comenzó a brotar....
La mirada perdida comienza a recuperar su brillo muy lentamente, con los pies en el suelo, no cesa su entrega...mientras la mirada que la busca, encuentra su encanto y la sigue, sintiendo cada vez más intensidad en sus movimientos y en sus sentimientos...
El amor hace su aparición cuando aquellas miradas que se cruzaron esa noche de verano por primera vez, sin que sus protagonistas se diesen cuenta, llenando de felicidad el corazón ausente de los mismos, y ahogando a la tristeza en un mar, del que no queremos que vuelva a retornar...
Como ya dije anteriormente, y por lo que he podido expresar en las siguientes líneas, me considero una persona muy afortunada por haber podido encontrar a una persona maravillosa en el camino. No se lo que el futuro nos deparará, pero si sé que quiero contruir las páginas de este libro día a día, dando pasos firmes y con muchísima razón, porque el amor sin locura no es amor, pero la locura sin cordura, hace que el amor se convierta en amargura...por eso, las quiero construir, pero solo junto a ti...
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